Ella es Niurka (TV Azteca) / Laura (Televisa)
Niurka no se limita a denostar a sus invitados, sino que los hace actuar.  Esto ofende la inteligencia de cualquiera. Como si fuera una telenovela, uno puede anticiparse a los acontecimientos. La estructura es tan nítida y Niurka tan falsa, que no deja lugar a dudas.
El caso de hoy: un joven se duele porque la madre no acepta a su novia. Ellas se llevaban bien, sin embargo todo cambió cuando acudieron a pedir la mano de la novia. La madre salió huyendo. Espantada al conocer al padre. A partir de aquí todo se resuelve. No es la carta robada o el misterio del cuarto amarillo. Entra la madre de la novia y pide que no maltraten a su hija, que intentó suicidarse. Luego entra el padre. La futura consuegra lo encara y le dice: tú sabes por qué. Y el señor reconoce: es que fuimos novios antes de casarme con mi mujer. Lo demás es gratis. El consuegro, en realidad, es el padre de su futuro yerno. La madre de la novia, entonces, descubre otro secreto: ella es adoptada. Ya no hay problema. Triunfa el amor. La moraleja: hay secretos que hacen mucho mal.
Matilde viene con su “veldad” (sic), dice Niurka. El público aplaude mientras corea: queremos su verdad.
En el siguiente caso una señora no quiere a su yerno en su familia porque el color de la piel es muy oscuro. Quiere algo mejor para su hija. 
Una tertuliana apunta. “Aparte, la señora, como si fuera rubia natural”
Del otro lado, Laura. Laura Bozzo. El mismo espectáculo deleznable. La misma Laura se acaba de definir: “yo soy la reina del escándalo”. “Ella es como una de mis hijas”, dice Laura. “Y saben que pasa si alguien toca a mis hijas”, continúa: “termina bajo tierra”. Todo a los gritos, con prepotencia. Como escenografía tiene un cuadrilátero de boxeo.
Dice Televisa en su página: “Laura no es un talk show como los queconocemos. En esta nueva etapa de suimportante carrera como comunicadora,Laura Bozzo ofrecerá al público que laconoce, la requiere y la sigue, un programaperiodístico que, además de mostrar unarealidad que muchos no conocen pero queexiste, será entretenido y brindarásoluciones a los problemas que presentansus invitados, y que comparten, de una uotra manera, la mayoría de los televidentes.Se contará con apoyo e información de lasmás importantes instituciones del paísinvolucradas en el tema, para dar datosprecisos de la problemática que se trate; asícomo psicólogos y abogados que daránseguimiento y asesoría gratuita a todos lospanelistas, esto será mostrado en unanueva sección Laura, casos resueltosque diariamente se mostrará al público” (http://www.televisa.com/no-te-pierdas/250536/laura) Así de mal escrito. Así de perverso.
¿Y los valores que tanto profesan ambas empresas? La competencia enfrenta productos similares, casi idénticos, en lugar de ofrecer alternativas a la audiencia. Los personajes, los casos, los programas son intercambiables. Es necesario superar la posición que evita comparar, que evita juzgar. Es imprescindible juzgar y condenar cuando la dignidad de la persona es continuamente denigrada. Cuando los que se denigran son personas con tan pocos recursos que no son capaces de oponer la mínima resistencia. Cuando se los compra y expone por unos pocos pesos. La miseria crece exponencialmente. Son los pobres, con sus miserias, los que se ofrecen como espectáculo a otros pobres, los televidentes de Televisa y TV Azteca, como planteara con transparencia y precisión meridiana El Tigre Azcárraga. Su hijo no es diferente. Salinas Pliego tampoco. Pasan los años y la televisión comercial, abierta y de mayor cobertura nacional, es cada vez más decadente. Telenovelas con guiones gastados y revistas de espectáculos copan la parrilla televisiva, apenas interrumpida por unos noticieros tendenciosos y, también, permeados por la lógica del espectáculo.
Esta programación entra en franca contradicción con los valores que dicen profesar TV Azteca (sobre todo la honestidad, el respeto y la tolerancia) http://www.tvazteca.com/proveedores/misionVision.shtml y Televisa (especialmente “Ética. Es una práctica habitual de valores de forma individual y colectiva. Es el caso de la honestidad, lealtad y justicia dentro de la compañía” y “Relación humana. Se valora a través del trato”) (http://www.televisa.com/quienes/)
Si nos indignamos y reclamamos por el despido de Carmen Aristegui, también deberíamos pronunciarnos en pos de una televisión menos lasciva y denigrante.
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